Mi amada no conoce
este desierto.
El día que lo conozca
de sus ojos saldrán
otro silencio,
otra sierra,
otros arbustos con pájaros
correcaminos y liebres
bebedoras de vientos vespertinos.
Ese día, el paisaje
será una bella historia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario